En la actualidad las marcas se esfuerzan en reducir el consumo de los vehículos y de afrontar otras vías de propulsión alternativas pero también se puede reducir los gastos en el proceso de transporte atacando a la base de las vías de comunicación de los turismos, las carreteras.
La propuesta de Solar Roadways va por ese camino. La idea es sencilla: una carretera “inteligente”, capaz de autoabastecerse de energía, mostrar señales a los conductores y calentarse a sí misma. Suena muy bien y ya existe un prototipo funcional pero quedan salvar unos cuantos escollos, como su resistencia en la vida real y como su precio, que de momento es bastante elevado.
Las placas de Solar Roadways constan de una serie de células fotovoltaicas que transforman la energía solar en eléctrica, pudiendo utilizarse para las necesidades de la propia carretera o para trasladar a la red eléctrica convencional. Calculan que con una milla de estos paneles se podría producir la energía suficiente para abastecer a 500 hogares.
Dentro de los paneles hay una serie de luces LED multicolor que pueden ser configurados para mostrar señales de circulación o mensajes de aviso. Además el panel puede elevar su temperatura, lo suficiente como para deshacer el hielo o la nieve, y detectar lo que se sitúa sobre él, bien sea un turismo, un camión o un peatón. Con estas características es fácil imaginar la cantidad de ventajas que traería para nosotros, especialmente en materia de seguridad.
De momento cada fragmento de 16 m2 tiene un coste de 10.000 dólares, lo que actualmente es más que prohibitivo. El siguiente paso que van a seguir sus creadores es el de instalar algunos paneles en lugares fácilmente controlables como los aparcamientos. Si consiguen superar los inconvenientes y reducir el coste, las Solar Roadways podrían ser una realidad.
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