Fernando Alonso trata a Ferrari como una mujer a la que se quiere conquistar. Se desvive por sus deseos, asume su mentalidad como la suya propia y sacrifica sus instintos más egoístas en pos de una unión fructífera y duradera. Y en la escudería han tomado nota y se deshacen ya en elogios con su actitud, menos agresiva de lo normal frente a Felipe Massa y férrea en la defensa del fortín rojo. Si el asturiano no hubiera resistido de manera numantina durante seis vueltas a Lewis Hamilton, Mark Webber y Nico Rosberg, habrían perdido un podio y una cuarta plaza por unas decepcionantes quinta y sexta posición.
A Stefano Domenicali se le lee entre líneas su agradecimiento: "Fernando era último en la primera curva, pero hizo una fantástica remontada hasta la cuarta plaza y podría haber tenido un resultado incluso mejor, pero sabemos que adelantar es siempre difícil, especialmente entre coches de similar nivel. Estuvo perfecto cuando defendió su posición contra Hamilton en las últimas vueltas".
El director general de la escudería no parecía tan efusivo con Massa: "Felipe hizo una salida realmente buena que fue la base de su resultado final. Tuvo un fin de semana difícil y estoy seguro de que su segundo podio consecutivo es agradable para él". En el equipo italiano no gustó tanto la dureza de Massa, que hizo una maniobra defensiva para que Fernando se fuera hacia el muro cuando intentaba pasarle. Si Alonso no corta y se va hacia fuera, el toque habría llegado. Y eso sí que habría enfadado a Domenicali.
El análisis de la carrera demuestra que el piloto de Sao Paulo fue un freno a la cabalgada del bicampeón en una remontada extraordinaria. En la vuelta trece, justo después de que Fernando pasara al Sauber de Pedro de la Rosa, les separaban 7,4 segundos. Nueve vueltas más tarde, sólo 1,6. Es decir, le recuperó 5,8 segundos a un ritmo de seis décimas y media por vuelta. Cuando aterrizó junto a Hamilton y Felipe, Fernando se encontraba a 8,5 segundos del McLaren número uno de Button. En la penúltima vuelta de carrera, justo antes de que Jenson se relajara, el asturiano se encontraba a 21, por los 18 de Massa. Al final los números hablan más que una queja pública sobre una estrategia. Y Ferrari ya sabe en quien debe confiar...
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