La erupción del volcán islandés que ha porovocado el caso aéreo en el continente europeo ha propiciado noticias curiosas para el mundo del motor, entre ellas varias carreras de taxi kilométricas que les han costado a los clientes un buen puñado de euros.
Pero al igual que esta erupción volcánica no es, salvo que la cosa se complique mucho con la intervención del volcán Katla (o, peor aún, con la del Hekla) una de las más grandes de la historia, las hazañas taximétricas de estos días tampoco le hacen sombra a la que es, desde 1994 hasta el momento, la carrera de taxi más larga, y cara, de todos los tiempos.
Tal y como consta en el Libro Guiness de los records, dos ingleses, Jeremy Levine y Mark Aylett, en compañía del español Carlos Arrese, decidieron tomar un taxi londinense para viajardesde Londres hasta Ciudad El Cabo (ida y vuelta) entre el 3 de junio y el 17 de octubre de 1994.
Un viaje de más de cuatro meses en el que recorrieron un total de 34.908 kilómetros, atravesaron 17 países y llegaron a gripar el motor (las piezas de recambio llegaron por valija diplomática). Desbancaron, con mucho, a los anteriores plusmarquistas, dos finlandeses que habían hecho 24.000 kilómetros seguidos en taxi.
El “Maratón del taxi de Londres”, como se denominó la aventura, contó con el apoyo incondicional de las embajadas británicas en los distintos países, del Foreing Office, de la Asociación Nacional del Taxi de Inglaterra y hasta de la casa real inglesa, hasta el punto de que marido de la reina de Inglaterra, el príncipe de Edimburgo, hizo el acto de bajada de bandera el 4 de junio de 1994 a las puertas del Palacio de Buckingham. Cuando el coche regresó al punto de partida cuatro meses y medio después, el taxímetro marcaba 64.656 dólares.
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